bueno tributos aquí me tienen de nuevo, con un capitulo que tal ves los deje algo extrañados pero más adelante las dudas serán resolvidas
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Abro la puerta y le doy una de mis mejores sonrisas a Effie,
ella me lleva al comedor donde están un Haymitch muy borracho y Daniel, que
está mirando por la ventada con expresión fría, yo me acerco a mi mentor y le
dedico una sonrisita.
-escucha no voy andar con rodeos, más te vale dejar tu licor
de lado y ayudarnos porque no voy a estar al cuidado de un borracho, así que o
dejas de beber o yo misma me encargo, no me importa que hayas ganado el
vasallaje de los veinticinco burlándote del capitolio, lo único que me importa
es que sirvas de algo ¿entendido?
-¿y qué pasa si no preciosa?
-que voy a tomar este cuchillo-susurro cogiendo uno de la
mesa- y cuando estés durmiendo y voy a enterrártelo “accidentalmente” en el
cuello.
Mi mentor abre mucho los ojos pero mantiene su toque de
arrogancia.
-demuéstrame que eres capaz de manejar esa cosa.
-yo no soy como tú que permito que me desarmen luego de
matar a dos personas, si quieres podemos arreglar una pequeña pelea ahora
mismo-esas palabras logran llamar la atención de Daniel que me mira como diciéndome
que no haga una locura.
-pues entrégame un cuchillo-dice mi mentor.
-eso quería oír.
Le entrego el cuchillo y yo me quedo desarmada esperando, le
sonrío y le digo que ya puede empezar, intenta clavarme el cuchillo en el
hombro y lo esquivo fácilmente, dejo que intente darme un par de veces más con
el cuchillo y le pego una patada en la espinilla, lo derribo, le quito el
cuchillo y lo sostengo a unos milímetros de su cuello.
-¿nos ayudaras?
-vale, estaré lo bastante sobrio para ayudarlos.
-bien dicho, ahora si me disculpas voy cenar junto a Effie y
Daniel, acompáñanos si quieres
Haymitch se va de la habitación farfullando que no tiene
hambre y yo me siento junto a Daniel y enfrenta de Effie.
-bien hecho-me susurra mi amigo-, pero intenta no hacer
muchas locuras en la arena.
-lo tendré en cuenta.
-Daniel me ha hablado de que te encanta el estofado de
vacuno, espero que el que prepararon te guste-dice Effie, interrumpiendo
nuestra pequeña conversación.
-gracias-le susurro a ambos justo cuando traen los platos,
tomo con delicadeza el cubierto tratando de cuidar mis modales para agradarle a
Effie, al parecer Daniel piensa lo mismo porque me imita y se comporta como
todo un caballero.
- así que son amigos ¿desde cuándo?
-desde lo cinco, este tonto se perdió camino a su casa y lo
ayudé a volver, no tengo la menor idea de donde estaba que no sabía el camino
de regreso.
-si es verdad, pero después de eso pasé más en su casa que
en la mía.
-sí, ahí conociste a Mía-digo pero me tapo la boca, él no
quiere saber nada de su ex novia.
-¿Mía, Así que alguien te espera en el distrito pequeño
Romeo?
-la verdad no, terminamos el año pasado, aunque esta
pequeñaja intento mantenernos saliendo-responde mientras me despeina.
-ya basta, la verdad no tengo idea de lo que pasó para que
decidieran terminar de veras, pero si no quieres decirme no me digas.
-tienes razón, no quiero decirte.
-no hablaba enserio.
-pero yo sí.
-vamos, dime por favor, apuesto que puedo arreglarlo, ella
aún no te supera.
-no.
-dime.
-no.
-dime-le digo mientras lo tiro al piso, el me sujeta de modo
que caigo encima suyo y aprovecho para hacerle cosquillas.- ¡dime!
-no-dice riéndose, pero algo en su voz me alarma-además que
lo arregles no servirá de nada porque en unas semanas estaré muerto.
Esas palabras me paralizan y me recuerdan la pregunta que me
ha estado comiendo por dentro ¿entonces por qué se presentó voluntario si no
cree poder ganar? No puedo evitarlo y susurro la pregunta.
-ya te dije, es mejor que no lo sepas, bueno ya no tengo
hambre, te veo mañana en el desfile.
Noto como me aparta con cuidado, se levanta y se va,
aunque yo me quedo en el piso con la
pregunta comiéndome por dentro. ¿Por qué? ¿Por qué? Aun no lo entiendo. Effie
me ayuda a levantarme y luego de darme las buenas noches vuelvo a mi
compartimiento. Me pongo un camisón blanco y me tiro en la cama quedándome dormida.
Voy caminando por el tren, hasta que llego al comedor,
entonces me quedo parada mirando por una de las ventanas, sigo sin entender
nada de lo que sucede, noto como alguien me abraza por detrás y me da un beso
en la mejilla, una voz que no logro reconocer, tal vez por el sueño, no lo sé,
me susurra un te quiero, supongo que estoy soñando, es la única explicación que
se me ocurre, la persona detrás de mí me gira y me abraza, yo mantengo mi
frente apoyada en su pecho sin poder moverme. Cuando me giró no pude darme
cuenta de quién es esta persona.
Me despierto al día siguiente en la cama de mi
compartimiento ¿habrá sido un sueño? No lo sé, lo único de lo que sé que estoy
segura es que ahora nada puede distraerme, ahora debo entrenar para ganar los
juegos junto con Daniel, al llegar me encargaré de volver a juntarlo con Mía.