sábado, 28 de septiembre de 2013

Capitulo 12:Por fin algo de calma...eso creo

Mis queridos tributos lamento dejar de lado el blog por este tiempo, pero es que la inspiración no venía nunca y además tengo que escribir una historia fantastica para mañana así que he estado muy ocupada, pero como recompensa les he traido un pequeño trailer de nuestra historia, ojala les guste



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— ¿Qué haces Lena?— Daniel me quita mi diario de las manos.
— ¡Eh, dame eso!
Daniel observa el boceto de la arena por unos segundos y luego me lo entrega.
— ¿Para qué ese boceto?
— Un mapa de la arena nos vendría bastante bien.
— Pero Lena, no sabemos cómo va a ser la arena— Dice Rue mientras observa el boceto que acabo de dejar sobre la mesa.
— La verdad yo sí, y Daniel también, eso nos puede dar una ventaja. Ahora Aquí—Señalo el campo al lado contrario del bosque— No sé que puede haber, pero creo que puede ser tanto como comida como peligros, al principio podría parecer que solo aquí— Señalo el lago de la cornucopia— hay agua, pero dentro del bosque hay bastante arroyos, además hay una cavernas en la que nos podemos esconder, yo hubiera elegido subir a un árbol pero Daniel no es bueno trepando.
— ¡Hey, no soy el único con problemas para encontrar un escondite aquí!
— De hecho si lo eres, puede que el tamaño de Tresh no le ayude escalando árboles pero estoy segura de que si no estuviéramos aliado iría directo al campo ¿Me equivoco, Tresh?
Este niega con la cabeza.
— También tengo una idea de cómo evitar que los profesionales se queden sin provisiones pero no quiero tentar a la suerte, es demasiado arriesgado.
— ¿El plan de Katniss sobre los explosivos, cuando Marvel le arrojó una lanza a…?
— ¡Cállate Daniel!— Le tapo la boca— Si ese plan, pero no me voy a arriesgar.
— Lena, sea cual sea el plan no creo que puedas correr peligro, nos hemos dado cuenta de que eres buena luchadora y muy ágil.
— Gracias Rue pero no me preocupo por mí, me preocupo por ti.
— ¿Por mi?
— Si, la verdad es qué…— Tomo una gran bocanada de aire— Yo ya sabía quiénes serían los tributos, así como conozco la personalidad de algunos, por ejemplo tú y Tresh, también las de Cato y Clove, los del dos, Glimmer y Marvel, los del uno y la chica del cinco. También sabía cómo iban a morir ustedes junto con los otros que nombré y ya sufría desde antes por eso…
— ¿Y quién iba a ser el vencedor?
— Iban a ser dos vencedores, Katniss Everdeen y Peeta Mellark.
— Peeta Mellark había salido en tu distrito ¿Pero quién es Katniss?
— La hermana de la chica que salió en la cosecha, la hermana de Primrose.
— ¿Y por eso te ofreciste voluntaria? ¿Lo tenías planeado?
— Sí.
— ¿Pero cómo lo sabías?
— Gracias a un libro, puedo parecer loca pero es la verdad, por cierto Rue, vas a sacar un siete en las sesiones privadas.
— ¿Un siete?
— Si y si yo hiciera lo mismo que Katniss en el libro tendría un once.
— ¿Qué hizo?
— Le arrojo una flecha a la manzana en la boca de un cerdo al que los vigilantes le estaban prestándole más atención que a ella.
—Eso es imposible— Se anima a decir Tresh—. No puedes saber todo sobre los juegos.
— También se cosas sobre su distrito.
— ¿Cómo qué?—Rue parece muy interesada en lo que digo.
— Tú siempre subes a las ramas más altas mientras recolectas y usas una melodía de cuatro notas para avisar al resto que se termina la jornada cuando ves las señales, eres la mayor de cinco hermanos, un chico que pensaba como un crío quiso llevarse unas gafas que sirven para ver en la oscuridad, él quería jugar con ellas, pero los agentes de la paz le pegaron un tiro, una vez llegaron muchos gransos y todos cenaron bien, amas cantar junto a los sinsajos.
— T-todo eso era verdad, pero entonces… Marvel me arrojó una lanza a mi ¿Verdad? ¿Así morí?
— Sí, el… te atrapó en una red, eras aliada de Katniss, ella fue en tu busca pero alcanzaste a sacar tu mano por los orificios de la red cuando él te arrojó la lanza al estomago, mientras… mientras morías Katniss te cantó un canción de cuna, tú le pediste que te cantara, después hubo un banquete, Katniss fue por medicina para Peeta que tenía septicemia y entonces se encontró con Tresh, él la salvo de Clove y luego la dejó ir, por ti.
Me invade la pena, por no poder evitar que de una manera u otra que Rue y Tresh mueran, pero qué voy a tratar de sacar a Daniel de la arena y… aunque me cueste admitirlo voy a hacer lo posible por salir yo también… para derrocar al Capitolio, doy un respingo y noto unos brazos rodear mi pequeño cuerpo, le dedico una sonrisa a Daniel, dejándome abrazar y apoyo mi cabeza en su hombro, encontrando su apoyo incondicional.
— ¿Y cómo fue la muerte de Tresh?— Rue vuelve a preguntar.
— Fue unos días después del banquete había una tormenta, él se había llevado la mochila que contenía algo de vital importancia para Cato, este lo persiguió, lucharon y… Cato mató a Tresh, lo siento pero no sé cómo.
— ¿Y Cato?
— Él estaba solo, Tresh mató a Clove durante el banquete y Cato fue el último que quedaba junto a Peeta y Katniss, ellos lo empujaron de la cornucopia donde habían mutos representantes de todos los tributos muertos, incluyéndolos a ustedes dos, tenían exactamente los mismos ojos, eran una versión lobuna de ustedes. Los mutos atacaron a Cato y se divirtieron con él hasta que Katniss le disparó una flecha para acabar con su sufrimiento.
— Creo que lo mejor será seguir con esa historia, por algo estaba escrito.
— Rue no, tienes cinco hermanos a los que cuidar, y apenas tienes doce años, te queda mucho por vivir, deberías ser una de las vencedoras, junto con Lena ¿A ti que te parece Tresh?
— Estoy de acuerdo contigo, ellas dos deben ganar.
— ¡No Daniel! ¡Si tú no ganas yo tampoco! Eres mi mejor amigo ¡Y no voy a vivir si no sales de la arena!
— Lena, por favor.
— ¡No!
— ¿Entonces quienes deberían ganar? Tú sabes cómo derrocar al Capitolio y Rue tiene mucho por vivir.
— Lena, —Interviene nuestra pequeña aliada— Daniel y tú deberían salir vivos de la arena, solo te pido una cosa, cuida a mis hermanitos.
— Y a mi hermana y mi abuela— Agrega Tresh, apoyando a Rue.
No puedo hacerlos cambiar de opinión, los tres están empeñados en que salga viva y Rue y Tresh quieren que gane junto con Daniel.
— E-está bien.
— Entonces debemos entrenar muy duro, Tresh tú les das protección extra y yo voy a recolectar.
— Y yo a cazar— Agrego.
— ¿Y qué hago yo?— Pregunta Daniel.
— Talla flechas, sé perfectamente que eres buen escultor y te gusta tallar, no te será nada difícil hacer flechas.
— Vale… Pero me siento inútil, Rue puede recolectar y vigilar si viene algún peligro desde los árboles, tú eres buena diferenciando plantas, sabes de primeros auxilios y eres buena luchadora, Tresh puede proteger a todo el grupo y yo solo voy a tallar un par de flechitas.
— También eres muy divertido, podrás darnos ánimo en los peores momentos, sabes cómo dar tu apoyo.
— Lena, no hago suficiente.
— Claro que sí.
— Pero quiero hacer más.
— Daniel ya haces mucho, en los peores momentos cuando queramos rendirnos sabrás como apoyarnos, subirnos el ánimo y darnos fuerzas para seguir luchando ¿Crees que eso es poco?
— Si, además, tengo que ayudarte en la arena, te he hecho mucho daño y no tendré otra oportunidad de arreglarlo.
— ¿Por qué no?
— Porque no voy a llegar a los ocho finalistas.
— ¿Seguro?
— Seguro, porque no voy a causarte más problemas entonces.
— ¿A qué te refieres?
— A que me voy a suicidar para entonces— Dicho esto se levanta de la mesa y se va hacia los elevadores, intento seguirlo pero la voz de Atala llamándonos a todos me lo impide.
— Lena estoy segura de que lo vas a convencer de que luche por ganar junto a ti.
— Yo lo dudo, Rue.
Entreno durante unos minutos con la espada pero no me doy cuenta en como desarmo a mi entrenador, Daniel ocupa toda mi cabeza, no puedo dejar que suicide, nunca me lo perdonaría. Finalmente decido subir a la planta número doce para hablar con él.
— Daniel— Lo encuentro sentado en el sofá viendo repeticiones de antiguos juegos— ¿Qué haces?
— Tratando de buscar una forma de que no te encuentres con Cato.
— ¿Por qué quieres suicidarte?
— Porque solo soy un problema para ti.
— Eso no es cierto.
— ¡Lena te lastimaron por mi culpa!
— No fue tu culpa, yo me gané el odio de Cato.
— Aún así de no ser por mi él no te habría lastimado.
— Piénsalo de esta forma, si tu no estuvieras aquí me habría vuelto loca.
— Loca no, mentalmente desorientada.
— ¡Ay cállate y come bayas!
Ambos nos reímos por mi reacción infantil, Daniel decide acompañarme a entrenar y no nos damos cuenta cómo pasa el tiempo hasta las sesiones privadas, ese día nos reunimos a conversar con nuestros aliados.
— ¿Qué van a hacer para sacar sus puntuaciones?
— Creo que voy a trepar para obtener ese siete.
— Los vas a dejar con la boca abierta ¿Tresh?
— Aún no lo sé.
— igualmente te va a ir bien, ya lo verás ¿Y tu Daniel?
— Nada, no quiero complacerlos haciendo un espectáculo mientras se emborrachan ¿Vas a hacer lo que hizo Katniss?
— No, digamos que voy a incitar la rebelión.
— ¿Cómo?—dicen los tres al unísono.
— Se los contaré antes de las entrevistas.
Van llamando uno por uno a los tributos y finalmente me quedo sola con Daniel.
— ¿Lena?
— ¿Si?
— Ten cuidado con lo que vas a hacer, puedes ponerte en peligro, puede que Seneca sea capaz de dejar ganar a dos tributos pero no creo que te deje llegar hasta el final si demuestras que quieres una rebelión.
— Me arriesgaré.
— ¿Por qué siempre has sido tan cabezota?— Susurra mientras se arrodilla enfrente de mí hasta que quedamos a la misma altura.
— Simplemente soy así, descerebrado.
Daniel me dedica una pequeña sonrisa y desliza su mano por mi mejilla, parpadeo un par de veces ante su tacto y poco a poco nuestros rostros se van acercando hasta que nuestros labios están a punto de rozarse, una voz mecánica nos separa al decir su nombre, puedo notar el calor subir hasta mis mejillas.
— Buena suerte desafiándolos— Le susurro.
— Igual a ti, futuro sinsajo.
Entonces observo como desaparece de mi vista, me quedo pensando en lo que acaba de suceder, Daniel pidiéndome que tenga cuidado, acariciándome la mejilla y nuestro casi beso. No tengo tiempo para pensar en lo que significó para mí cuando la misma voz metálica me avisa que es mi turno.
Entro sin observar a los vigilantes, puedo escuchar como uno de ellos pronuncia el nombre de Plutarch Heavensbee y como este le responde, me giro a tiempo para memorizar el rostro del rebelde oculto. Sigo mi camino hasta el puesto de camuflaje, saco varias hojas y formo con ellas la palabra “rebelión” me dirijo al puesto de hogueras y le prendo fuego a las hojas, vuelvo a ir al puesto de camuflaje y saco un jugo color sangre, tomo un muñeco donde escribo el nombre del presidente Snow, observo a los vigilantes y solo Plutarch me observa, voy por el arco y en vez de arrojar una flecha la arrojo a una manga de la túnica del vigilante jefe, todos me observan, arrojo el muñeco al fuego.
— ¡Yo no seré otro tributo del que podrán olvidarse! ¡Tampoco una vencedora a la que podrá vender el presidente Snow! ¡Me encargaré de que estos juegos desaparezcan de una vez por todas!
Dicho esto me llevo los tres dedos centrales a la boca y señalo a uno, solo a uno de los vigilantes, y ése es mi aliado contra el Capitolio. Salgo de la habitación mientras arrojo las armas al fuego y les sonrío a los confundidos vigilantes, no podrán olvidarse de lo que he hecho, estoy segura. Camino con una sonrisa hasta llegar a mi planta, al llegar me encuentro con Daniel.
— ¿Cómo te fue?
— Digamos que ya puedo reconocer a Plutarch Heavensbee.
— ¿Algo más? ¿Qué hiciste?
— Pensé que les iba a decir antes de las entrevistas.
— ¿Eso me incluía?
— De verdad que eres idiota.
— Y yo también te quiero.
Tomo un cojín del sofá y lo golpeo en la cara.
— Cállate.
— Solo dime qué hiciste en la sesión privada.
— Vale. Forme con hojas la palabra rebelión, luego les prendí fuego, entonces le escribí a un muñeco el nombre del presidente Snow con algo que parecía sangre, le arrojé una flecha a la túnica de Seneca, todos me vieron y entonces arrojé el muñeco al fuego, les dediqué unas palabras y las armas que usé siguieron el camino del muñeco.
— Y yo creí que tendrías cuidado.
— Sabias que iba a incitar la rebelión.
— Pero te pusiste en peligro.
— No es verdad.
— Lena, no estás a salvo después de hacer eso.
— Pero lo hecho, hecho está.
— Supongo que tienes razón.
— Yo siempre tengo razón.
Daniel tira de mí hasta que ambos caemos al sofá, yo le vuelvo a golpear con un cojín pero esta vez él me abraza, impidiendo que me mueva. Daniel acaricia mi rostro con mucha ternura mientras cierro mis ojos y apoyo mi rostro en su hombro.
— Lena por favor ten más cuidado desde ahora— Susurra mi amigo, yo no abro los ojos.
— Lo tendré Daniel, es una promesa.
— Gracias, de verdad no sé qué haría si algo te pasa.
— Seguirías adelante.
— No lo haría, de eso puedes estar segura— Esa frase me hace abrir los ojos.
— ¿Por qué no?
— Porque eres lo más importante para mí… yo te amo.
Miro a Daniel a los ojos, intentando descifrar algún rastro de broma en ellos, mas no encuentro nada, él me dedica una triste sonrisa, se levanta y se encamina hasta su habitación, yo me quedo observándolo por unos segundos hasta que Effie me saca de mis pensamientos hablando apresuradamente sobre una excursión de compras, su cansancio y la sed que tiene, le pide a un avox que le traiga algo de beber.
— No te preocupes Effie, yo puedo traerte una limonada, eso me haría sentirme en casa.
— Si tú quieres.
— Claro, la limonada tiene unas hojitas de menta, mezcla de limón con soda y hielo frappé.
— Gracias, esa limonada me encanta, podrías prepararle una también a Daniel si quieres.
— Mejor así.
Saco tres vasos bastante grandes y me concentro en preparar las tres limonadas, de verdad me encantan, las llevo hasta donde está Effie y luego voy a buscar el azucarero. Voy hasta la habitación de Daniel, doy unos toques leves a su puerta hasta que él me dice que pase, lo veo tendido sobre la cama con una expresión algo ausente, me siento junto a él y le acaricio los cabellos.
— Te preparé una limonada, deberías venir.
— Gracias Lena, pero no tengo mucha sed.
— ¿Qué te sucede?
— Nada, tranquila.
— ¿Es por lo que me dijiste hace poco?— Daniel suspira y se sienta.
— En parte sí y en parte que sé que tú no sientes lo mismo.
— ¿Por qué lo piensas?
— Entonces dime que no es así, por favor Lena.
— Daniel, yo también te amo.
Mi compañero alza la vista con una sonrisa dibujada en su rostro. Me rodea con sus brazos y nuestros labios por fin se rozan. Daniel me acerca hacia él mientras que yo rodeo su cuello con mis brazos y juego con sus cabellos, ambos sonreímos y nos separamos para respirar, tiro de él hasta que se levanta y me acompaña hasta el lugar donde Effie nos espera para beber las limonadas.
— Al fin llegan, sigo muerta de sed.
— Me imagino Effie ¿Cuántas cucharadas de azúcar?
— Cinco.
— Vale— le echo las cucharadas a un vaso y se lo entrego.
— ¿Tu cuantas le echas?
— Tres, porque soy valiente— las dos empezamos a reír y Daniel nos mira con una perfecta cara de What the fuck?
— Daniel ¿Cuántas cucharadas?
— Ninguna— él sonríe mientras toma un vaso y bebe un buen trago, entonces hace una mueca, le dedico una cara de “te lo dije” y me acerco mientras le doy un pequeño beso en sus labios, enseguida me estrecha entre sus brazos.
— Te quiero tonto.
— Y yo a ti.
— ¿Qué pasa aquí?
— Espero que no te moleste que Daniel y yo nos amemos, Effie.
— ¡No puedo creerlo! ¡Los patrocinadores deben enterarse!
— Calma Effie, en las entrevistas— Comenta Daniel.

Mi compañero pasa uno de sus brazos por mis hombros y besa mi frente, los tres nos terminamos nuestras limonadas.

4 comentarios:

  1. WOW WOW WOW... WTF!?
    Joder, contigo la palabra superarse no seria suficiente ¡Me encanta el trailer es precioso! ¡Y la reaccion de Effie es perfecta!
    Aiiiiiinss... Mas te vale renovar pronto, ¡que vuelva la inspiracion ya!
    Muxus!!!!

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    1. Muchas gracias Nina, me llena de alegría que pienses eso. Bueno el trailer es primer vídeo que edito y estoy feliz de que te guste. Y ya tengo listo el capítulo enseguida lo publico.

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  2. Dios! lo ame *-* quiero el siguiente!!!! porque si no lo haces...*busca sus cuchillos serafines,convoca a los mutos,afila su espada,tensa el arco,llama a Percy a Ron a Nico y a Leo* xD

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    1. Vale. Ya entendí Ale, no te preocupes que ya lo tengo listo y estoy por subirlo, no vas a necesitar la ayuda de nadie. Solo calma.

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