Se que me he tardado mucho en publicar pero este es el primer año que tengo examenes y no dejo de pensar en eso, ni siquiera para escribir.
Ademas que conoci a una nueva amiga lectora
Pero al fin pude terminar el capitulo y encontrar algunas fotos de Cara Delevingne (Osea Malena) Para este Capitulo. Al final de leer van a aparecer las fotos de la sesion.
besos
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Pienso por un segundo lo que me pregunta Finnick, no
tengo ni la menor idea de que me gustaría hacer. En tanto no deba preocuparme
de posibles Catos a mí alrededor estaré bien.
—Me da igual, en tanto pueda olvidar los juegos.
El vencedor se queda pensativo un rato y luego me hace
señas para que lo siga a través de unas calles de un color naranjo chillón que
me daña los ojos. Pronto el naranja es sustituido por un rosa igual de
peligroso para mi vista. Luego verde pistache. Le pregunto a Finnick si podemos
caminar por unas calles que no me hagan quedar ciega. Por toda respuesta él me
hace cerrar los ojos y en unos segundos mis pies dejan de tocar el piso, por la
posición en la que me encuentro imagino que Odair me lleva sobre su hombro.
Empiezo a patalear pero mi “amigo” me sujeta las piernas. Suspiro con frustración
y me dejo llevar, literalmente.
Después de un buen rato Finnick me deja en el piso
mientras escucho una divertida música. Abro los ojos para encontrarme con un
parque de diversiones casi idéntico al de mi ciudad. Doy unos cuantos saltitos
y tiro del vencedor hasta la montaña rusa. Esperamos en la fila mientras
charlamos, casi todo lo que sale de nuestras bocas son las anécdotas mas
vergonzosas y divertidas que nos han pasado. Pronto se acaba la espera y es
nuestro turno de subir, justo en los últimos dos lugares, donde percibes mas la
velocidad y las vueltas. Finnick me advierte de que es un juego algo fuerte, le
digo que cierre la boca y un par de segundos después empieza el juego.
La gente del Capitolio chilla aterrada mientras que yo
grito de alegría, Odair me mira extrañado, le dedico una gran sonrisa. En un
momento quedamos de cabeza por un par de minutos y escucho los gritos aterrados
de los ciudadanos del Capitolio. Miro a Finnick haciendo una mueca. El vencedor
me sonríe y susurra lo cobardes que son estas personas. En ese momento la
montaña rusa vuelve a ponerse en marcha para terminar el recorrido en menos de
un minuto. Me bajo de un salto y mi amigo me sigue. Avanzamos hasta una casa
del terror y Finnick me advierte que en ese lugar hay mutos de verdad, lo que
no hace más que aumentar mi emoción y mis ganas de entrar.
Odair me sigue mientras no deja de observarme con atención,
como si quisiera probar que tanto miedo puedo soportar. La persona encargada de
la casa nos permite pasar solamente los dos y noto como aumenta el nerviosismo
de Finnick. Lo que provoca unas cuantas risas en mí. Empezamos el recorrido con
un guardia, aunque pronto nos quedamos solos. El vencedor intenta retroceder
pero me empeño en avanzar. Nos encontramos con unas terroríficas estatuas, en
un momento observo la de un caballero medieval con una espada real. Le quito el
arma a la estatua y sonrió, feliz de tener MI ARMA.
— ¿Estàs segura de que quieres seguir?
—Claro, a no ser que el fabuloso Finnick Odair le tema
a unos cuantos mutos.
—Vale, pero si algo me pasa tú te encargas de que mi
cuerpo le llegue a Annie.
—Finnick estas exagerando.
—No lo creo.
Un sonido gutural interrumpe nuestra pequeña discusión.
Me pongo frente a Finnick como si lo estuviera protegiendo, lo que no hace más
que empeorar el estado de ánimo de mi amigo. Noto algo de movimiento y realizo
un corte con la espada. Tanteo en la oscuridad hasta dar con un trozo de
madera.
—Supongo que no traes cerillas.
—Me entregaron una caja antes de entrar.
—Haberlo dicho antes, Odair.
Le prendo fuego al trozo de madera, convirtiendo este
en una antorcha, y podemos observar a un muto herido y unos cuantos acercándose.
El vencedor me sujeta del brazo y me lleva corriendo por un pasillo. Nuestro
camino se divide en dos y Finnick toma el de su derecha. Avanzamos hasta
toparnos con una pared. Escucho como los mutos se acercan. Observo un escondite
en el que podría ocultarse mi amigo. Lo obligo a hacerlo y espero a los mutos con
espada en mano. En cuanto llegan los cuento, solo cinco mutos. Llamo la atención
de todos y cuando estoy peleando contra uno le ordeno a Finnick volver y tomar
el camino de su izquierda. Al principio se niega pero luego me obedece. Unos
minutos después, sin la preocupación del vencedor cobarde, acabo con todos los
mutos. Voy en busca de Odair y lo encuentro esperando nervioso junto a una
puerta. Al verme una expresión de alivio se dibuja en su rostro.
— ¿Tu estás loca o que te pasa?
— ¿Por no temerle a esos mutos?
—Por quedarte sola luchando contra cinco mutos.
—No es para tanto.
—Claro que si ¿Qué pasaría si te hubieran matado?
—Se quedan con un tributo menos.
— ¡Malena!
—Relájate Odair. Estoy bien, no fue nada que no
pudiera controlar.
—Eso es verdad…Me impresionas Rivas.
—Siempre impresiono a la gente, Odair.
Finnick y yo empezamos a reír y salimos de la casa del
terror, no sin antes dejar la espada en el piso y apagar la antorcha. Seguimos
riendo hasta abandonar el parque de diversiones y llegar hasta un bonito
restaurante. Entramos sin dejar de gastarnos bromas y ocupamos una mesa. Se
acerca una mesera con un traje rosa chillón como uniforme y el pelo, los labios
y las pestañas del mismo color. Mi amigo pide por los dos sin darme tiempo a
quejarme y la chica se aleja.
—Estas cosas se ven solo en el Capitolio.
—Así que aun no te acostumbras a la gente.
— ¿Cómo me voy a acostumbrar a ver por todas partes
imitaciones de Lady Gaga?
— ¿Quién?
—Olvídalo.
Empezamos a hablar de otras cosas hasta que consigo
desviar a Finnick completamente del tema. Pronto la mesera vuelve con nuestra
comida. Mariscos. Reconozco que debo agradecerle a mi amigo, amo los mariscos.
Comemos rápidamente y Odair dice que me quiere llevar
a una piscina. Pongo la excusa de que no traigo traje de baño y que no puedo
volver al centro de entrenamiento o me dejaran allí. Digamos que el agua y yo
no somos mejores amigas, después de estar a punto de morir tres veces ahogada
no te agradan mucho las piscinas, el mar o los ríos.
Mi excusa no sirve de nada porque Finnick me obliga a
comprar un bikini y me lleva a una gran piscina. Intento mantenerme alejada del
agua pero de nuevo el vencedor consigue ganarme y me arroja al agua. No tardo
en salir temblando de miedo y acurrucarme cerca de un árbol. Mi amigo se acerca
con la preocupación reflejada en su rostro.
— ¿Qué te pasa Malena?
—No es nada…Solo que el agua y yo no nos llevamos muy
bien.
— ¿Cuántas veces has estado a punto de ahogarte?
—Tres.
—Eso se puede superar. En mi distrito a veces se
encargan de ayudar a personas con esos problemas.
—Pero no funciona si también son asmáticas. Al sentir
miedo se acelera la respiración y a veces. No puedes conseguir aire, la
desesperación es horrible. Por eso aun no intento superar mi miedo.
—En cuanto ganes los juegos me voy a encargar de que
lo superes.
—Buena suerte con eso.
—De hecho vamos a empezar ahora.
Me doy cuenta muy tarde de a lo que se refiere.
Finnick me inmoviliza y me guía hasta la piscina. Intento zafarme pero me
sujeta con aun más fuerza y me hace entrar poco a poco en el agua. Le suplico
que me deje salir pero no me hace caso. Me retuerzo pero no me suelta. Poco a
poco se me va acabando el aire lo que consigue preocuparlo y me lleva hasta el
césped.
Cuando mi respiración vuelve a ser normal me permito
llorar y mi amigo me abraza para consolarme.
—Lo siento, no pensé que era tan grave.
—Querías ayudarme, no hay nada que perdonar.
—Aun así. Soy idiota.
—Eso no es novedad Odair.
—Tienes tres segundos para correr.
—No te tengo miedo.
Finnick me observa y forma silenciosamente la palabra
“Uno” Me pongo de pie “Dos” Le dedico una sonrisa “Tres” el vencedor se levanta
y comienza a perseguirme por todo el sector de la piscina. En cierto momento me
aparto y le hago una zancadilla, Odair sujeta mis hombros en un intento de no
caer pero me lleva al piso junto a él. No sé como terminamos rodando hasta
llegar a una calle de un color turquesa, en ningún momento dejamos de reír.
Observo de reojo a nuestro alrededor y veo a un grupo de chicas siendo
fotografiadas. En un momento ellas señalas en nuestra dirección, tanto el fotógrafo
como ellas se acercan. Sigo sin poder parar de reírme cuando llegan hasta
nosotros.
—En estos momentos no quisiera ser tú, Odair.
— ¿Qué…? No puede ser.
Las chicas prácticamente me estampan contra una pared
para poder conseguir la atención de mi amigo y no puedo evitar reírme ante la
cara de temor de él. El fotógrafo se me acerca con una sonrisa.
—Disculpa ¿Malena cierto?
—Sip, ese es mi nombre.
— ¿Estas saliendo con Finnick Odair?
— ¿Yo con ese torpe de allí? —No puedo evitar reírme a
carcajadas y al escuchar mi comentario el vencedor comienza a reír conmigo— Eso
es imposible. Solo somos amigos, hoy tenía el día libre y me él me ayudó a
escapar de los juegos por un día. Es todo.
—Entiendo ¿No te molestaría posar para una revista?
— ¿Yo?
—claro, y si no le molesta a Finnick él también.
—Una gran idea, posar para una revista le conseguirá
patrocinadores.
— ¿le? Oh, no Odair. Si yo tengo que hacer eso tú también.
Discutimos un poco hasta que mi amigo accede a no
dejarme sola. Las chicas me entregan un vestido verde pistache y luego el fotógrafo
me hace posar junto a Finnick. La mayor parte del tiempo me la paso haciéndole
bromas. Al revelar las fotos nos damos cuenta de que no hay ninguna en que nos
veamos serios. Siempre riéndonos uno del otro. El fotógrafo nos dice que nos
apoyemos en la espalda del otro y Finnick se ríe mientras se echa hacia atrás y
yo intento que no me aplaste. Básicamente nos divertimos bastante. Después de
tomar la foto mi amigo aumenta su fuerza y termina aplastándome espalda con
espalda en el piso. Gruño e intento zafarme mientras él se ríe. Finalmente se
quita de encima y el fotógrafo nos entrega un nuevo conjunto a cada uno. Mi
conjunto consiste en una camisa, unos shorts y una chaqueta de mezclilla. El fotógrafo
nos pide que posemos dentro de una especie de auto. Yo en el asiento trasero y
Finnick con una chica en el delantero. No dejo de reírme del rostro de mi
amigo. Por fin consiguen calmarme para sacar la foto. Por último Debemos
probarnos varios conjuntos y seguir posando, casi siempre por separado. El último
conjunto que debo probarme es un abrigo largo y lleno de puntos, un cinturón café
con una flor, leggings negros y botines de tacón de aguja. Poco despues de sacar la ultima foto nos damos cuenta de que faltan quince minutos para las diez y, con el permiso del fotografo, Finnick y yo corremos sin cambiarnos hasta el centro de entrenamiento.
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¿Les gusto el capitulo? Nuestra Malena tiene madera de modelo jajaja
Aqui estan las fotos de la sesion:
Toda una modelo jajaja
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