martes, 13 de agosto de 2013

Capitulo 11: dolor, gritos y culpa

Hola mis queridos tributos, tengo el capítulo listo hace unos día pero no he tenido tiempo de publicarlo gracias queridos profesores, hora de llamar a los mutos espero que les guste el capítulo y como siempre
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pronto sabran por que elegi esta imagen
Daniel me sacude con delicadeza haciendo que me despierte, abro los ojos y me encuentro con sus hermosos ojos oscuros, espera ¿Yo pensé eso? Cálmate Lena, recuerda Daniel y Mia, Daniel y Mia, pero ¿Qué diablos estaba haciendo ayer? ¿Cómo fui tan estúpida para ponerme a pelear con Cato? Me levanto de un salto asustando a mi amigo, se me acerca poco a poco y posa sus manos en mis hombros.
— ¿Qué pasa?
— Nada, solo acabo de darme cuenta lo estúpida que fui ayer con el tema de la pelea, me merecía el sermón que me dio Haymitch.
Daniel empieza a reírse y lo miro confundida.
— Espera… ¿Haymitch te sermoneó?
— Si lo hizo— Bufo—, aunque me lo merecía.
— No me puedo imaginar la escena.
— Y yo apenas lo recuerdo, estaba despertando, luego llegaste tú.
— Después de perderme lo mejor.
— Eso parece.
— ¿Quieres ir a entrenar o prefieres quedarte aquí?
— Vamos a entrenar…no quiero quedar como una cobarde.
— Está bien, te espero junto al elevador.
— Vale.
Me doy una rápida ducha y me pongo la ropa de entrenamiento, salgo corriendo de la habitación mientras hago mi típico nudo con el pelo aún mojado, Daniel ya me está esperando.
— ¿Vamos?
— Vamos, pero ten más calma que ayer por favor.
— No te preocupes, no volveré a hacer alguna estupidez.
Me dedica una sonrisa y entramos al elevador, no tardamos mucho en llegar hasta el gimnasio y en cuanto se abren las puertas nos encontramos con los tributos del distrito once, Daniel da un bote pero yo intento mantener la calma.
— Hola Rue, hola Tresh ¿Sucede algo?
— Yo quería saber cómo estás después del corte que te hizo Cato y Tresh quería hablar contigo— Dice la niña.
— Estoy mejor, gracias y Tresh, soy toda oídos.
El chico me aleja de Rue y de Daniel, a quien noto algo tenso, le dedico una sonrisa para calmarlo y me concentro en Tresh, alguien a quien le tengo mucho respeto, por no hacer lo que el Capitolio ordena, por jugar con sus propias reglas.
— ¿Qué querías decirme? Siento ser tan directa pero necesito entrenar con Daniel, no sabe muchas cosas que le puedan ayudar en la arena.
— Quiero que seamos aliados, con la niñita y tu compañero también, por supuesto— Sé que Tresh es de los que van directo al grano cuando hablan, pero me sorprende lo que me dice.
— ¿Por qué?
— Porque sé que no jugarás con las reglas del Capitolio y eso es admirable.
— Tú tampoco vas a jugar con sus reglas, de eso estoy segura.
— Tienes razón, entonces ¿Qué dices? ¿Aliados?
— Aliados— Le confirmo—, por cierto sé que eres de pocas palabras, no tienes que hablar si no quieres, lo comprendo.
Tresh se limita a asentir tomando en cuenta lo que le dije y nos acercamos a nuestros compañeros de distrito, Daniel me pasa un brazo por los hombros en forma posesiva y no puedo evitar una sonrisa, Rue me mira sonriente y Tresh la alza en brazos y le susurra algo al oído, la pequeña salta y me da un abrazo.
— ¡Qué bien que seamos equipo!
— ¿Me perdí de algo?— Pregunta Daniel.
— Solo de que somos aliados de Rue y Tresh.
— ¿Ah sí?
—Sí ¿Acaso te molesta?
— Para nada, me alegra estar con esta pequeñaja— Toma a Rue en brazos.
— Vale, vale, deberíamos prepararnos, Daniel, todavía necesitamos saber con qué arma te manejas mejor, no puedo dejarte indefenso.
—Vale.
— Los veo en el almuerzo— Les digo a mis nuevos aliados, Rue me sonríe y Tresh asiente, luego observo a Daniel—, Vale ¿Con que empezamos?
— Lena no sé nada de armas.
— Probemos con las de distancia.
Trato de enseñarle algo de arquería pero me doy cuenta enseguida de que no es para él, caminamos hasta las lanzas, lo mismo, seguimos probando hasta llegar a los cuchillos, en las armas de distancia, mis últimas esperanzas, lanza un par de veces y no se le da ni bien ni mal, suspiro y lo llevo hasta el puesto de espada, intento enseñarle aunque sea algo mínimo de lo que sé pero se le da pésimo, susurra que deberíamos volver a los cuchillos.
— Hay un arma para ti, la vamos a encontrar.
— No lo creo.
— Deja de ser negativo, probemos con una daga.
— Si eso quieres.
Lo llevo hasta el puesto y le pido ayuda al entrenador, le da las instrucciones básicas a Daniel y me quedo paralizada deseando que se le dé bien, aunque, cuando se enfrenta con el entrenador, decir que se le da bien es poco, es fantástico, no tarda mucho en derrotar al entrenador, se me acerca sonriendo y le doy un abrazo de oso, el resto de tributos nos miran como si estuviéramos loco, otra vez.
— ¡Bien hecho! Te dije que encontraríamos tu arma.
— Tenías razón, mejor seguimos practicando.
— Vale, me voy al puesto de espadas.
Camino hasta mis queridas espadas cuando Cato me intercepta y tira de mi hasta un rincón alejado de todos los tributos, me fijo en Daniel que está muy ocupado aprendiendo técnicas con la daga, Rue está escalando y Tresh en el puesto de las fogatas, debería llevar a Daniel a ese puesto después… ¡Concéntrate Lena! Me están llevando lejos de los tributos lo que significa que estoy en problemas y yo pensando en que enseñarle luego a Daniel ¡De verdad que soy idiota! Al menos Cato no me sujetó por detrás, con un susto así se me iría la respiración en un segundo, soy asmática. Cato me golpea contra una pared y caigo al piso, me levanto y estoy a punto de darle un buen golpe cuando me obliga a mirar hacia los tributos.
— Observa a Glimmer— Me espeta.
Busco a la chica del uno con la mirada y la veo en el puesto de arco, con una flecha apuntando a Daniel, quien no se da cuenta de lo que sucede, bueno…Glimmer no le dio a Katniss con el arco en el árbol de las rastrevíspulas pero esto es diferente, mi amigo está a un par de metros y estoy segura de que no fallará. Cato me dedica una sonrisa malévola, sabiendo que no voy a intentar defenderme con una clara amenaza a mi amigo, y me vuelve a arrojar al piso, dejo que me golpee y a medida que va aumentando las fuerza de sus golpes intento no gritar, si Daniel me escucha…no quiero saber de lo que es capaz Glimmer, noto un fuerte golpe en la mandíbula y compruebo que empiezo a sangrar, Cato saca un pequeño cuchillo y me hace varios cortes en los brazos y un par en el cuello , me quedo quieta para no empeorar las cosas hasta que, por fin, el profesional se aburre de golpearme y se va del lugar.
— De verdad que me odia— susurro para mí misma, me escabullo hasta el puesto de camuflaje y me quedo un rato sentada junto a un árbol, pensando en lo que acaba de pasar, Cato sabe lo mucho que me importa Daniel y puede usarlo contra mí en la arena, no puedo alejarme de él en ningún momento, camino hasta el puesto de daga y observo a mi amigo luchar contra el entrenador, en un momento me observa y se queda paralizado, cosa que aprovecha el entrenador para desarmarlo, mi amigo no se preocupa mucho por su entrenamiento y se me acerca.
— ¿Qué te paso?
— Un pequeño problema en el puesto de camuflaje, digamos que estaba distraída y no vi un árbol— Claro, no se me pudo ocurrir nada mejor…
— Dime la verdad.
— Esa es la verdad.
— Lena, a mi no puedes engañarme.
— Vale, te lo diré en la planta, ahora no puedo.
— ¿Te vas a quedar así? Estás sangrando.
— ¿Aún?— toco mi mandíbula, aparte de la poca sangre que me salió cuando Cato me golpeaba no encuentro nada.
— No me refería a eso. — Desliza una de sus manos hasta los cortes en mi cuello y la otra a los de uno de mis brazos y hago una mueca— Lo siento, creo que deberíamos ir nuestra planta, ahí podré curarte.
— Estoy bien, no es para tanto.
— También quiero que me cuentes lo que pasó, así que al elevador.
Suelto un bufido pero le hago caso, nos vamos alejando del resto de tributos hasta llegar al elevador, antes de que se cierren las puertas me topo con la mirada de la pequeña Rue, la noto algo preocupada ¿Qué tanto me ha hecho Cato?  Me apoyo contra la pared observando cómo pasamos cada uno de los pisos, Daniel me observa por un rato hasta que suelta la pregunta.
— ¿Qué te pasó?
— Cato— le digo por toda explicación mientras intento esconder una sonrisa.
— Lena ya sabes que soy idiota ¿Qué te hizo ese maldito?
Le explico todo lo sucedido tratando de no omitir ningún detalle y mi amigo me escucha con atención y sin interrumpirme ni una sola vez, cuando termino de hablar golpea las paredes de cristal y suelta un grito lleno de frustración y dolor, nunca había visto a mi amigo tan enojado, me acerco y le doy un abrazo, él me sujeta con fuerza.
— No te alejes de mí ¿Vale? No quiero que ese imbécil te haga daño— susurra y por primera vez desde lo conozco le tiembla la voz.
— Vale, me quedaré junto a ti.
— Gracias.
Las puertas se abren y se repite lo mismo que ayer, solo que ahora Daniel me dedica unas cuantas sonrisas y me habla de cualquier cosa para distraerme y en vez de quedarme dormida en el sofá volvemos con el resto de los tributos, justo a tiempo para almorzar, antes de llegar junto a los otros tributos Daniel me sujeta evitando que nos observen.
— ¿Qué sucede?
— Trata de alejarte lo más que puedas de los profesionales, no quiero que te lastimen por mi culpa, ya fue demasiado lo que te hizo Cato esta mañana.
— Daniel eso no fue tu culpa.
— Claro que sí, pero no volveré a alejarme de ti, no permitiré que vuelvan a lastimarte.
Le rodeo el cuello con mis brazos mientras él me envuelve con los suyos en un gesto protector, me separo de mi amigo y le dedico una sonrisa.
— Vamos a comer, además tenemos que hablar con Rue y Tresh.
— Está bien, en tanto no te alejes.
— ¡Daniel! No soy una niña indefensa.
Tiro de él hasta llegar por unas bandejas y hacer una pequeña fila para que nos sirvan el almuerzo, después de eso nos sentamos junto a nuestro aliados.
— Lena ¿Qué te pasó en la mañana?— Pregunta la niña con un tono de preocupación.
— Un problema con Cato, no se preocupen…— Me siento observada entonces me topo con las miradas de Glimmer, Marvel y Cato fijas en mi, decido ponerme de pie y me dirijo a los que me observaban atentamente— Puede que esto sea solo jugo pero ¡Un brindis por que el presidente Snow deje de controlarnos!— Alzo la copa y bebo un poco de jugo, de un delicioso sabor a frambuesas, Daniel me obliga a sentarme y observo a Rue aguantando la risa.
— Bien hecho Lena.
— Yo no estaría de acuerdo Rue.
— Si no se arriesga no conseguirá nada, Daniel.

Les sonrío a todos y empezamos a comer mientras hojeo mi diario examinando los bocetos de la arena de este año, no son tan buenos como los que haría cierta persona que va a terminar saliendo con Katniss pero sirven de algo.

3 comentarios:

  1. hola me encontre por casualidad por tu blog y lei todos los capitulos de tu historia en un ratito me encantaron por favor sigue asi la historia es genial , (especialmente tu alianza cn rue .. *.*) y ojala subas mas capitulos luego y en ellos le devuelvas todos los golpes a cato (el da miedo) ... gracias por crear una historia diferente :) .. que la suerte siempre siempre este de tu parte ... sigue haci

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  2. Hola, eres un blog encadenado, pásate por mi blog para saber más: http://estuveciego.blogspot.com.es/2013/09/premios.html

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  3. Hola!, te he nominado a un premio. Pásate por
    en-las-alas-del-sinsajo.blogspot.com

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